lunes, 20 de mayo de 2013

Tenemos que innovar, pero ¿por dónde arrancamos? | OPTIMA CONSULTORA



   El sector sigue viviendo momentos muy álgidos, con pocas operaciones y las que hay, muy complejas y trabajosas. La oferta y la demanda siguen sin encontrarse, aunque están ahí, muy cerca, si algunas cosas cambiaran. Hablamos constantemente de crisis pero ¿tiene que ver esta crisis con una escases de recursos genuinos? Pareciera claramente que no. Yo creo que, asumiendo la responsabilidad que nos compete a cada uno,  esta crisis está más asociada a la falta de liderazgo. ¿A qué me refiero? A que en vez de seguir hablando de crisis=oportunidad, debemos ponernos decididamente manos a la obra.
   En este mundo tan cambiante, el que se queda, se atrasa. Este movimiento constante nos obliga a salir de nuestra “área de confort” y poner el “futuro” en nuestra agenda diaria. La experiencia dice que lo que no está en la agenda, finalmente no se termina haciendo.

   Ante este escenario, la innovación más que una opción es una necesidad. Pero,  ¿qué es innovar? Antes que darles una definición, les diría que innovar no es un destino, sino un viaje. Un viaje maravilloso que nos va a permitir volver a entusiasmarnos con nuestra empresa y con nuestro negocio. ¿Cómo la definimos? Es generar ideas que, al implementarlas, le agreguemos valor a la empresa, a los clientes y a los empleados. Es importante entender que si no generamos ganancias adicionales, no estamos innovando. Y que la innovación suele ser muy efímera, por eso innovar es “explotar” el presente y “explorar” el futuro.

   Ahora bien, ¿por dónde arrancamos? A continuación les doy algunos tips indispensables:

# TIEMPO. Parece obvio pero es la excusa más común (no tengo tiempo!). Vivimos a mil, dónde lo urgente siempre tapa a lo importante. Tener tiempo para pensar es el primer paso para innovar. Cada uno deberá encontrar “su” tiempo y lugar.

# PROVOCACIÓN. El famoso “Think Different” de Steve Jobs. Desafiar los convencionalismos. Animarnos a “girar” las cosas, verlas desde otro ángulo, incluso desde el absurdo. A partir de ahí, generar ideas sin prejuzgar. La disrupción (ir más allá de lo que está establecido) es un concepto muy importante en innovación. ¿Para qué hacemos todo esto? Para diferenciarnos. Para hacer cosas distintas de nuestros competidores (lo que se llama Océano Azul).

# APERTURA. Romper el viejo paradigma de que todo está en casa. Debemos mirar hacia afuera. Conectar con fuentes de talento más allá de la organización que nos ayuden a innovar. Colegas, proveedores de tecnología, portales de internet, especialistas en marketing, consultoras, seguramente nos darán otra perspectiva de nuestro negocio.

# EQUIPO. La creatividad es el resultado del trabajo de equipos integrados, no del genio individual del dueño de la empresa. Para trabajar en equipo debemos vencer algunas barreras como el ego (yo soy el mejor), la autocensura (esto que propongo es muy tonto) o el juicio prematura (no va a andar). Si generamos muchas ideas en equipo, podremos después llegar a prototipos aplicables a nuestra organización. Pensemos que de 100 ideas, podremos implementar 2 ó 3.

# EMOCIÓN. No hay innovación sin emoción. Innovar es atraer a alguien. Contar historias memorables que seduzcan. Debemos utilizar la emoción como herramienta creativa. Todos tenemos una gran historia para contar!

# PASION. Para mí lo más importante. Estamos viviendo tiempos en que nos cuesta encarar el día a día. Estamos desmotivados y poco entusiasmados. Tenemos que recuperar la pasión. Si esto falla, realmente es muy difícil innovar. Pasión. Motivación extrema por lo que hacemos y también por lo que vamos hacer (la idea de “viaje” que les hablaba al principio). Divertirnos con lo que hacemos y como lo hacemos, también nos ayuda a ser más innovadores y mejora la productividad de ideas. Si estamos constantemente presionados, si trabajamos sólo por el “sueldo”, nos será difícil innovar.

# COLABORACIÓN. Debemos pensar el conflicto como una oportunidad para innovar. Si pensamos todos igual o si pensamos todos diferente, pero no nos escuchamos ni respetamos, no innovaremos. La innovación surge del intercambio, la cooperación y la comunicación. Escucharse, interactuar e integrar visiones diferentes para construir.

   Debemos asumir el poder y nuestro propio liderazgo. Nadie más que nosotros puede hacer que las cosas cambien. Pero deben cambiar desde adentro. El afuera ya bastante cambia y no nos pide permiso.